Son siete empresas farmacéuticas en el mundo que ofrecen estos tests de ADN expres para anticipar enfermedades, determinar el origen étnico y hasta predecir la calvicie. Sus precios varian entre 300 y 2000 dólares, según sus catarcterísticas 23andMe, Biomarker, Genetic Health, deCODEme, Navigenics y Scientificmatch.com, son las más conocidas. En la Argentina, los primeros tests apuntaron a la cabeza: la empresa Hair Recovery lanzó en 2011 una prueba genética para detectar la calvicie. La metodología es sencilla: el cliente adquiere un kit compuesto de hisopos o un receptáculo donde debe depositar su saliva. Luego, se introduce en un sobre sellado para enviarlo por correo a la empresa. En dos semanas, los resultados llegan por Internet y el cliente accede a ellos mediante una clave que recibe en su cuenta de correo electrónico. Así, el cliente ingresa a la página de la empresa y puede pedir o no el asesoramiento de un médico on line. En las enfermedades hereditarias "raras", es posible reconocer el gen afectado y cuál es el tipo de mutación mediante un test focalizado que anticipa el diagnóstico. Mientras que dolencias más frecuentes, como la diabetes o el cáncer, tienen un origen multicausal, ya sea por factores genéticos, ambientales o por el tipo de alimentación. Sin embargo, algunas personas pueden heredar de sus padres ciertas mutaciones (polimorfismos) relacionadas con estas enfermedades. "Hacer tests genéticos a un individuo respecto de estos polimorfismos que sólo determinan predisposiciones, no provee mucha información para el paciente, si no existe ninguna presunción de alguna enfermedad hereditaria particular o de antecedentes familiares que evidencien la recurrencia de alguna enfermedad no considerada hereditaria", sostiene el biólogo Alberto Kornblihtt, investigador superior del CONICET. Para algunos especialistas, sin embargo, estas pruebas ofrecidas directamente al consumidor a través de la Web aportan información valiosa. "Las empresas no sólo hacen tests de susceptibilidad genética; también pueden detectar la presencia de mutaciones que se asocian a diagnósticos inequívocos de enfermedades. Con este estudio me enteré de que era portador de una de las posibles mutaciones que causan la fibrosis quística, una enfermedad que por el momento no tiene cura", afirma el doctor Federico Prada, director de la Licenciatura en Bioinformática de la Universidad Argentina de la Empresa (UADE) y uno de los pocos argentinos que realizó uno de los tests genéticos disponibles en los Estados Unidos. Varias empresas estadounidenses fueron investigadas en el año 2010 por la realización de tests genéticos. La Goverment Accountability Office, organismo de control de las prácticas empresariales, encargó este tipo de pruebas por medio de clientes infiltrados y comprobó su falta de precisión y de validez científica. Además, sólo sugerían al paciente no fumar, no beber, no exponerse a tóxicos, hacer ejercicio, etcétera. "Estas empresas buscan ratificar ciertas presunciones que ya se tienen. Si alguien viene de una familia con tendencia a engordar, tendrá más posibilidades de ser obeso. Yo lo llamo apología de lo obvio", opina Kornblihtt. En tanto, para Prada, los test genéticos generan sujetos "proactivos" sobre su estado de salud. "Es cierto que para muchas enfermedades no hay tratamiento, pero en breve eso puede cambiar. Además, desde el momento en que se recibe la información, es posible modificar ciertos factores, como la dieta, hacer ejercicio físico, realizar controles periódicos, etcétera", plantea. Sin embargo, el profesor de la UADE aclara: "Hay que tener en cuenta que nuestra salud no sólo depende de los genes que 'llevamos puestos', sino también de los numerosos componentes ambientales que nos rodean."