Un estudio científico realizado en la Universidad de Tufts, Estados Unidos, demostró que al beber una taza de café, leemos mejor y comprendemos más la información. Esto se debe a que el consumo de cafeína mejora la capacidad cerebral para procesar información compleja y de identificar errores gramaticales durante la lectura rápida de una página con información en nuestro propio idioma. Concretamente, los experimentos revelaron que las personas que habitualmente consumen cafeína necesitan 400 miligramos para mejorar sus resultados, mientras que los poco cafeteros solo precisan 200 miligramos de esta bebida para notar el efecto.