Un estudio español indica que mantener períodos breves de absistencia de eyaculación permite a los varones una importante reducción en la cantidad de espermatozoides con ADN fragmentado, y mejorar así no sólo la calidad del esperma sino las posibilidades de generar un embarazo. Los investigadores han comprobado que la reducción media de la fragmentación del ADN que se consigue en una selección espermática sobre muestras obtenidas tras un periodo de abstinencia de tres días, es de aproximadamente el 22%; mientras que si en los mismos individuos se obtiene una segunda muestra provocando una nueva eyaculación tan solo tres horas después, la reducción se acerca o incluso supera el 50%. Y, por lo tanto, es más fácil conseguir el embarazo sin riesgos de pérdida del embrión.