Pakistán volvió a ser noticia, no por la violencia de sus calles, sino porque la justicia había indicado que un niño de 9 meses estaba siendo investigado por un homicidio. Ahora, luego de tomarle la declaración, se retiraron los cargos. Pese a su edad, apenas nueve meses, Musa Khan compareció en la corte en Lahore por segunda ocasión para afrontar los cargos de intentar matar a oficiales de policía durante una disputa por el suministro de electricidad y gas. El caso puso de manifiesto el disfuncional sistema de justicia penal paquistaní, donde incluso los niños no son inmunes a las decisiones legales. El menor fue llevado a la corte el viernes pasado como parte de una investigación relacionada con un incidente en el que los residentes de su barrio se enfrentaron con la policía. El bebé Musa Khan apareció en la corte en la ciudad de Lahore, sentado en el regazo de su abuelo y con una botella de leche. Khan y sus familiares adultos fueron acusados este mes de intento de asesinato de un policía, después de que se enfrentaron con elementos del orden cuando trabajadores de una compañía de gas trataron de desconectar el servicio por falta de pago. La policía registró un caso en contra de toda la familia, por lo cual se incluyó al menor. El abuelo del bebé, Muhammad Yasin, y sus tres hijos todavía enfrentarán los cargos. La acusación que recae sobre el niño Musa Khan es la de lanzar piedras contra un equipo de la compañía del gas, que llegó a su casa a inspeccionar el suministro. Musa vive en el humilde barrio de la ciudad paquistaní de Lahore, desde donde los operarios fueron recibidos a pedradas cuando se dispusieron desconectar el suministro de gas. Las imágenes tomadas en una audiencia de la corte cuando al pequeño se le tomaban las huellas digitales, mientras el bebé rompía en llanto, provocaron la burla generalizada, mientras funcionarios provinciales pidieron una investigación por la anomalía.